La UNESCO considera que
un niño es objeto del bullying cuando está expuesto continuamente a
conductas agresivas que buscan causarle lesiones o molestias mediante el
contacto físico, los insultos, la agresión o la manipulación
psicológica.
Indudablemente, el problema se ha
extendido entre las aulas del país, y por supuesto, de la ciudad de
México. Es un tema sensible y preocupante, ya que este tipo de prácticas
propician que, quienes las padecen, sean más propensos a sufrir
depresiones, sentirse solos o ansiosos, además de tener baja autoestima.
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